Los “problemas de conducta” en cachorros
Si estás teniendo dificultades en la convivencia con tu cachorro, si lo que estás viviendo es lo que se suele llamar “problemas de conducta”, sigue leyendo: esto te interesa.
Pero antes, déjame hacerte una pregunta: ¿sabes distinguir entre el síntoma y la causa?
Y no, no es una pregunta trampa.
Es una pregunta esencial para entender la educación de los cachorros y su desarrollo (igual que del nuestro también). Porque no es lo mismo un síntoma de una conducta que su causa. Por ejemplo: tú puedes morderte las uñas y eso es un síntoma, pero la causa puede ser un nivel de estrés elevado.
Los síntomas: parte natural del desarrollo
Lo que a muchas familias les preocupa (o molesta) en los cachorros son los síntomas.
Síntomas de desarrollo, de crecimiento… vamos: de ser un cachorro.
¿Pero qué son los síntomas?
Morder, no querer andar o, por el contrario, tirar de la correa, ladrar, saltar a la gente, pedir atención constantemente, destrozar cosas…
Y ahora, ¿los síntomas son malos?
No. No lo son.
Y aún así, seguimos centrándonos en eliminarlos o corregirlos.
¿Por qué?
Porque es como hemos entendido la educación durante mucho tiempo. Pero este enfoque tiene un problema serio:
si te centras en eliminar o corregir los síntomas, quizás tengas un perro obediente, pero no un perro equilibrado ni feliz…
Lo que realmente importa: comprender las causas
Las conductas de tu cachorro — esos “síntomas”— forman parte de su aprendizaje natural y de su crecimiento emocional, mental y físico.
Si las eliminamos o corregimos, estamos impidiendo un desarrollo natural y equilibrado de nuestros cachorros.
Entonces, ¿tengo que dejar que lo muerda todo, que tire de la correa o que se abalance sobre la gente?
No, no es eso, no te preocupes. Educar desde el respeto a lo que los perros son no significa dejarlos hacer lo que les dé la gana (ya hablaremos de límites) sino aceptar y entender su perspectiva también y no actuar única y exclusivamente desde la nuestra.
Un ejemplo claro: la mordida
Lo primero que debes de hacer es entender las causas. Pongamos un ejemplo: la mordida. El síntoma es que tu cachorro muerde.
Opción A: prohibir la conducta
Prohibir esa conducta riñendo cuando muerde algo, apartarlo sin reñir, encerrandolo cuando muerde algo etc. Todo esto implica impedir la conducta, y ya sabemos que no es el camino adecuado. Porque esa necesidad saldrá por otro lado o con más fuerza, créeme, son muchos años de experiencia 🙂
Opción B: acompañar la conducta
Entender que esa conducta cumple una función: aprender cómo es el mundo que lo rodea, controlar su mandíbula, descubrir qué es comestible y qué no.
Y actuar en consecuencia: permitir morder, ofreciendo objetos adecuados y evitando la sobreestimulación etc.
Tu cachorro muerde porque necesita explorar – y para eso ellos usan la boca. Si entiendes y comprendes que es una conducta natural y aprendes cómo acompañarlo en esta etapa, conseguirás que tu cachorro sepa lo que sí puede morder y lo que no.
He elegido este ejemplo porque suele ser la etapa más“dolorosas” —literalmente—, pero también, para los cachorros, una de las más difíciles para gestionar cuando se prohíbe en vez de acompañar.
Cambia la mirada: empieza a ver desde su perspectiva
Cambia la mirada.
Aprende a ver su perspectiva también.
Si quieres que tu cachorro deje de morder lo que no toca, y sobre todo, si quieres comprender las causas y no centrarte sólo en los síntomas, descarga la guía gratuita para dar tus primeros pasos hacia una convivencia equilibrada y respetuosa con tu cachorro.