¿Cuántas y qué etapas tiene la educación canina?
No sé si existen estudios, libros o textos específicos al respecto, pero yo te ofrezco mi versión. Todas las etapas son importantes, pero creo que la última es la que más. No te lo pierdas y lee hasta el final.
ETAPA nº1.
Al principio de todo no había educación canina.
No hacía falta.
La sociedad humana y canina convivían de forma paralela, aprovechándose (tal vez) los cánidos de los humanos a veces. Si había conflictos, seguramente eran de fácil solución para ambas partes, aunque probablemente hoy en día no aprobaríamos las formas (o quizá sí).
ETAPA nº2.
Luego apareció un tal señor Marcus Varro, por los años 122 BC. Un escritor romano y militar. Él escribió los primeros textos sobre entrenamientos de perros para tareas concretas.
ETAPA nº3.
Tuvo que llover mucho muchísimo, aproximadamente hasta el siglo 19., principios del 20., cuando se expandió un poco más el tema de estudiar y escribir sobre cómo entrenar los perros.
Generalmente enfoque conductista, aparecen el refuerzo positivo y negativo, el castigo…
ETAPA nº4.
A finales del siglo 20. seguimos mayormente adiestrando. Aunque aparecen menciones, esta vez ya en voz más alta y algo más recibida, de las emociones de los canes.
Y seguimos…
ETAPA nº5.
Aparece una cajita “mágica” – el clicker. Cada vez más se va expandiendo el entrenamiento en positivo. A veces tan positivo, que ni el perro ni el humano saben qué hacer. Sigue habiendo muchísimo adiestramiento a base de aversivos, sin tener en cuenta al perro ni lo más mínimo.
El clicker se empieza utilizar no sólo en entrenamiento de habilidades (obediencia) pero también en modificación de conducta.
ETAPA nº6.
La educación canina respetuosa, amable, consciente. Son los términos, pero más importante, los métodos que se utilizan cada vez más. Aunque sigue habiendo demasiado trabajo sin respetar al perro.
ETAPA nº7.
EL CAOS…
Hoy en día hay tantísima información sobre la educación canina. Sobre cómo hacer o no hacer las cosas, con diferentes enfoques, diferentes métodos. Unos que siguen en el que el perro tiene que obedecer sin más, otros que haga lo que quiera, otros ni uno ni lo otro…
Hay un auténtico caos. Hay demasiada rapidez con la que bombardeamos, los profesionales, a los particulares. Sin dar tiempo a digerir la información, sin tiempo a reflexionar.
Postureo en las redes que no te aseguran cómo realmente trabaja esta persona, la velocidad de consumir la información que tampoco aporta demasiado.
No es fácil filtrar todo esto, ni es fácil saber por dónde tirar, ni cómo enfocar las cosas.
Pero somos seres complejos, capaces de criterio, de pensamientos propios, aunque parezca que todo este batiburrillo de constante información nos anula,.
¿Y tú, cómo vives esta etapa de la educación canina?